El reloj más antiguo que se conoce es un sechat que lleva el nombre del Faraón Tutmosis III y que tiene más de 3400 años.
El sechat es un pequeño reloj solar utilizado para medir el tiempo mediante la longitud de las sombras. Constaba de dos piezas prismáticas, pétreas, de unos tres decímenos de longitud, situadas perpendicularmente, donde una tenía marcadas las horas y la otra servía de agua o nomon. Debió ser un instrumento muy popular entre los sacerdotes egipcios, pues, por sus dimensiones, permitía asimismo utilizarlo como un instrumento portátil.