¿Sabías que...?

Un relojero suizo entregó un reloj que le había encargado su soberano, pero cometió el gravísimo error de representar el número 4 como IIII. El monarca, indignado y furioso, hizo ejecutar al desafortunado artesano, y desde ese momento, a modo de protesta, todos sus colegas comenzaron a usar el IIII en vez de IV.

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