¿Cómo surgieron los relojes militares?

Los relojes militares fueron los primeros instrumentos de precisión que ayudaron a los soldados a planificar estrategias y tácticas en el campo de batalla. Usados como parte del equipamiento militar, los relojes poco a poco fueron avanzando en precisión y funciones.
La contribución del mundo militar a la sociedad ha sido fundamental en el desarrollo de la humanidad. Muchos inventos que han tenido una intención belicista, son hoy en día, instrumentos y herramientas de uso cotidiano en nuestras vidas.
Un buen ejemplo de ello es el reloj de pulsera tan común en las muñecas de hombres y mujeres en todo el mundo. Esta innovación de la primera guerra mundial sustituyó al reloj de bolsillo y fue hecha para los primeros aviadores de combate.
Actualmente, los militares de todo el mundo utilizan sus relojes con más aplicaciones que dar la hora exacta. Los mecanismos se usan como cronómetros, altímetros, medidores de frecuencia cardíaca y cientos de aplicaciones más.
El uso del reloj en los campos de batalla es mucho más común de lo que imaginamos. Demos un pequeño repaso a la historia del reloj como fiel acompañante de los militares.
Del bolsillo a la muñeca: Evolución del reloj militar
Hasta principios del siglo XVIII, los relojes eran piezas gigantescas dispuestos en los campanarios de las iglesias o colgados en las paredes de las casas. Las aproximaciones a relojes de tamaño portátil eran especialmente costosas y destinados sólo a un reducido grupo social.
La evolución del mecanismo del reloj los puso directamente en los bolsillos de nobles y ricos de la Europa del siglo XIX. Poco a poco, su popularidad llevó a muchos fabricantes a producir relojes más accesibles para una mayor masa poblacional.
Los relojes de bolsillo se hicieron muy populares y su precisión comenzó a adquirir fama entre los personajes más influyentes de la sociedad. Como era de esperar, esta precisión era justo lo que necesitaban los militares para coordinar sus acciones de combate.
El reloj comenzó a ser parte del equipamiento de soldados en los últimos conflictos del siglo XIX y primeras guerras del siglo XX. Pero, no fue sino hasta la I Guerra Mundial cuando el reloj tomó una relevancia sin igual.
El desarrollo de la aviación requería cada vez más precisión y coordinación en las acciones de ataque y defensa. La gestión del tiempo se convirtió en un factor determinante en bombardeos y maniobras aéreas.
El aviador Alberto Santos-Dumont en compañía del mítico Louis Cartier diseñaron un reloj que podía usarse en la muñeca, liberando ambas manos del piloto. Esto supuso un gran avance en el combate pero sin quererlo, habían cambiado la historia de la relojería.
De la II Guerra Mundial a nuestros días
Aunque Cartier y Santos no inventaron el reloj de pulsera, sí supieron darle un uso práctico a una pieza que era usada por la nobleza de las cortes europeas. Esta adaptación del reloj de Caroline Bonaparte le dió a los ejércitos del mundo un instrumento de precisión en la guerra.
En la II Guerra Mundial, había un reloj en la muñeca de cada soldado en ambos lados del conflicto como un instrumento de coordinación y planificación. Los fabricantes europeos comenzaron a añadir elementos como brújulas, movimientos perpetuos y tourbillones para relojes de pulsera.
Otros, incluyeron cajas herméticas y correas de reloj que podían resistir al agua o a la agresividad de los campos de batalla. Este hecho marcó un segundo punto de inflexión creando relojes de mayor resistencia y durabilidad.
El avance indetenible del reloj fue creciendo en conflictos bélicos posteriores hasta la creación de smartwatches y aplicaciones de comunicación. Incluso hoy en día, el mundo militar diseña e investiga más aplicaciones para los mecanismos reloj que pronto nos dejarán sorprendidos.
Para los amantes de los relojes, los relojes militares son siempre piezas fascinantes de gran resistencia y cargadas de historia. Los primeros relojes militares son hoy en día, piezas de un inestimable valor económico, sentimental e histórico.