¿Sabías que...?

Según cuenta la tradición cristiana, Melchor, Gaspar y Baltasar, los tres Reyes Magos, llegaron hace 2.015 años para celebrar y adorar el nacimiento del niño Jesús, portando tres regalos: Oro, Incienso y Mirra. Los tres Sabios venías de países lejanos, con diferentes culturas, y fueron guiados por una estrella hasta ese pesebre de Belén. Y allí Melchor entregó la mirra, Gaspar el incienso y Baltasar el oro. En estos tres regalos se basa la tradición que se sigue practicando hoy en día en Navidad. Pero, ¿para qué servían la mirra, el incienso y el oro? Desde hace miles de años se conocían sus beneficios curativos y hoy en día estos productos siguen teniendo una gran utilidad en la medicina moderna.

La Mirra significa “amargo” en árabe y durante miles de años esta resina y extracto de planta ha sido considerada un producto curativo debido a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias; el Incienso es una resina vegetal del árbol de la Boswellia, que al arder desprende un humo aromático que ha sido utilizado durante miles de años para fines religiosos, terapéuticos y en la producción de perfumes; pero hablemos más profundamente del oro, ya que representa ese material tan valioso en nuestro sector de la relojería y joyería:

La importancia del oro era tan obvia hace más de 2.000 años como lo es ahora, pero además del valor que se le ha otorgado en todas las culturas y épocas, el metal ha sido utilizado desde hace miles de años como componente de variados tratamientos medicinales.

Su aplicación más fundamental ha sido en restauraciones dentales, pero el oro se usa también en conexiones de dispositivos médicos como marcapasos y stents utilizado en el tratamiento de enfermedades cardíacas, conexiones y cableado de señal de alta calidad, pista de placas integradas…

Gracias a su alto grado de resistencia a la colonización de bacterias, el otro, también se ha usado para implantes donde existe un alto riesgo de infección, como el oído interno.

Pero quizás su aplicación más antigua ha sido como componente de fármacos para el tratamiento de enfermedades como la artritis reumatoidea.

El científico francés Jacques Forestier descubrió en 1929 las propiedades del oro como antiinflamatorio. Estudios más recientes comprobaron que las sales del oro inhiben la producción de una molécula que provoca la inflamación responsable de la artritis cuando se acumula en cantidades excesivas en las articulaciones de manos y pies. En las últimas décadas se ha descubierto que esa misma molécula también parece ser responsable de otras enfermedades inflamatorias e infecciosas, incluido el VIH.

Científicos de la Universidad Nacional de Singapur, patentaron en 2003 un complejo farmacéutico basado en oro para el tratamiento de cáncer.

El profesor Leung Pak Hing descubrió que los complejos de oro y fosfina podrían tener beneficios como agentes antitumorales en tratamiento quimioterapéuticos y actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos para comprobarlo.

Como vemos, este material tan preciado, en el sector relojero y joyero tiene un uso muy importante, pero aún existen muchos más de los que se nos vienen a la mente cuando lo mencionamos.

 

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