Los relojes mecánicos son piezas de ingeniería fascinantes que han sido utilizadas durante siglos para medir el tiempo con precisión. A diferencia de los relojes de cuarzo o digitales, estos funcionan a través de una serie de complejos mecanismos que se activan mediante la carga de su corona que se activan con el movimiento del usuario.
En este artículo vamos a explorar en detalle cómo funciona un reloj mecánico para que puedas apreciar toda la artesanía que hay detrás de esta pieza de relojería.
En el núcleo de todo reloj mecánico reside el movimiento, compuesto por una serie de engranajes, resortes y ruedas que trabajan en conjunto para medir el tiempo con precisión. Los dos tipos principales de movimientos mecánicos son el movimiento de cuerda manual y el movimiento automático (de cuerda automática).
El movimiento de cuerda manual es el más antiguo de los dos y, como su nombre indica, requiere que el usuario gire la corona del reloj para cargar el resorte principal, que almacena la energía necesaria para su funcionamiento. Una vez cargado, la energía se transfiere a través de engranajes, regulando la liberación controlada de energía para que las manecillas del reloj avancen constantemente y con precisión.
El movimiento de cuerda automática es una innovación que elimina la necesidad de cargar manualmente el resorte principal, utilizando el movimiento natural del usuario para mantener el resorte en tensión, mediante un rotor en forma de semicírculo que gira con el movimiento del brazo. Este rotor transfiere energía al resorte a través de un mecanismo de embrague, permitiendo que el reloj siga funcionando incluso cuando no está siendo usado activamente.
Además del mecanismo de movimiento, un reloj mecánico cuenta con una serie de componentes que contribuyen a su funcionamiento, englobados dentro de la caja del reloj para garantizar su seguridad:
Sin duda, la principal diferencia entre un reloj mecánico y un reloj de cuarzo es su mecanismo de funcionamiento, ya que este último funciona mediante un pequeño motor que impulsa las manecillas del reloj.
Pero además de esta diferencia, ambos tipos tienen sus propias características distintivas que los hacen únicos, y es importante entender las diferencias entre ellos. Veamos las principales:
Generalmente, los relojes mecánicos suelen tener una precisión inferior en comparación con los relojes de cuarzo, ya que la de un reloj mecánico puede verse afectada progresivamente por diversos factores, como la temperatura, la posición en la que se encuentra el reloj y el desgaste de los componentes.
Los relojes mecánicos suelen requerir un mantenimiento periódico por parte de un relojero experto, que incluye la lubricación de los componentes, la corrección de la precisión y, en algunos casos, la sustitución de partes desgastadas. Por su parte, un reloj de cuarzo solo necesita cambiar la batería cada uno o dos años y, ocasionalmente, ajustes menores para garantizar la precisión.
Debido a su construcción mecánica y su complejidad de funcionamiento, los relojes mecánicos están diseñados para durar toda la vida e incluso pasar de generación en generación como reliquias familiares.
En contraste, los relojes de cuarzo pueden ser más susceptibles a daños debido a su dependencia de componentes electrónicos. Además, las baterías de los relojes de cuarzo tienen una vida útil limitada y, una vez agotadas, deben ser reemplazadas, generando residuos contaminantes si las baterías no se reciclan adecuadamente.
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