¿Por qué en plena era digital el reloj de pulsera sigue teniendo vigencia?

Hay elementos que parecen ir más allá del tiempo y espacio para convertirse en piezas imprescindibles en nuestras vidas. El reloj de pulsera, mantiene hoy la misma vigencia que tuvo hace 200 años, cuando Caroline Bonaparte, lució el primer modelo en su muñeca.
Mucho ha evolucionado su mecanismo de funcionamiento y ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías de una manera excepcional. Su uso es actualmente tan popular como lo ha sido por más de dos siglos.
Evolución del reloj de pulsera
En 1812, Caroline Bonaparte, reina de Nápoles y hermana de Napoleón, encargó a Abraham Louis Breguet la fabricación de un reloj de pulsera. Su uso como una pieza de joyería femenina, rápidamente se extendió por cortes europeas. Los relojes de pulsera, eran considerados como joyas decorativas y destinados para el uso femenino.
Los relojes de la época, tendían a deteriorarse con la exposición a los elementos naturales y por ello, no fue capaz de destronar al reloj de bolsillo en la moda masculina hasta bien entrado el siglo XX.
El aviador brasileño Alberto Santos-Dumont, preocupado por un modo de tener la precisión del tiempo durante el vuelo, encargó a su amigo Louis Cartier la elaboración de un reloj que pudiera usarse en la muñeca.
La eficacia de la pieza se hizo famosa y en 1880, se encargan 2000 unidades que se destinaron como regalo a los oficiales del ejército alemán.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, la fabricación de piezas en cadena produjo relojes resistentes al rigor ambiental, que se hicieron populares entre los militares. El reloj de pulsera permitía libertad de movimientos de las manos, popularizado entre combatientes con el nombre de “reloj de trinchera”. El ejército proveía el reloj, pero eran los soldados los responsables de su mantenimiento, lo que desarrolló toda una industria de repuestos de relojes en ambos bandos de la guerra.
A partir de 1930, se masifica la fabricación de relojes de pulsera en Europa y los Estados Unidos, los cuales utilizaban mecanismos de péndulo de inercia. En los años 50’s se popularizan los relojes mecánicos, lo cual fue la base de la manufactura relojera hasta los años 70’s, cuando la relojera suiza Basilea, presenta el primer modelo de cuarzo.
Fue precisamente esta invención lo que hizo que a partir de esa década, las firmas japonesas vieran un nicho de mercado, comenzando una producción masiva de relojes livianos, baratos y muy resistentes. Aditamentos, funciones, luces, tamaños, colores, formas de correas y todo tipo de repuestos de relojes, se han añadido hasta la actualidad.
La actualidad del reloj de pulsera
Hacia finales del siglo XX, la llegada de la nanotecnología junto a la fabricación de materiales cada vez más pequeños y potentes, se han añadido a la industria relojera, dando hoy más vigencia que nunca al reloj de pulsera.
Mucho se ha avanzado en el diseño de relojes inteligentes, modelos con capacidades y funciones casi infinitas que parecen sacados de una película de ciencia ficción.
La aparición de los smartwatches con pantallas táctiles y con conexión a internet, ha relanzado el concepto del reloj de pulsera a un nuevo sitial de honor en la fusión de moda y funcionalidad. Un smartwatch puede ser usado como un sustituto o un complemento a los teléfonos inteligentes, tablets u ordenadores.
A pesar de su increíble potencial, el uso de los smartwatches no se ha masificado del modo que lo planearon las empresas de tecnología, una de las razones pareciera estar en su alto costo y la poca accesibilidad a piezas de repuesto. El reto de los fabricantes de este tipo de relojes, está enfocado en el diseño de repuestos de relojes más duraderos y accesibles al público general.
Sin embargo, aunque la aparición de este tipo de tecnologías va calando cada vez más entre la población, no ha afectado en absoluto a la industria relojera tradicional.
Empresas de todo el globo terráqueo siguen fabricando millones de unidades cada año. Modelos de diversos diseños y desempeños, inundan los mercados globales cada día con más demanda.
Hoy conviven, en perfecta armonía, relojes europeos fabricados en metales y piedras preciosas, con precios hasta de seis cifras, con relojes asiáticos que se pueden comprar por docenas en las tiendas de todo a 1€.
¿Qué le depara al reloj de pulsera en el futuro? Aún no lo podemos saber con certeza.
Lo cierto, es que hoy más que nunca, el reloj de pulsera es un acompañante permanente en nuestra vida cotidiana y una pieza infaltable en cualquier ocasión. Su fortaleza radica en ser una pieza que ha sabido ubicarse en el mercado como símbolo de elegancia, practicidad y comodidad; con abundantes modelos para cada gusto, con una inmensa disponibilidad de repuestos de relojes y marcas para elegir.